Leer a Samanta siempre es una garantía de sorpresa y realmente crea suspensos que nunca sabes cómo van a continuar. De acuerdo a cosas que me han platicado otras amigas y a mi propia lectura, el libro trata sobre la vivencia de la maternidad en tanto protección además de ser una expresión con respecto al daño ambiental tan fuerte que hubo en Argentina (y que bien podríamos observar en todo América Latina de diferentes formas). Si me parece una exploración del instinto de protección maternal muy angustiante, precisamente porque a pesar de ser una ficción, he conocido madres que en momentos que justamente tensan su "distancia de rescate" así lo viven. Y básicamente, ese concepto, "distancia de rescate" me parece simplemente genial y muy claro en sí mismo. Si recomendaría el libro como lectura de terror argentina (más que latinoamericana) y también sobre maternidad. Me tardé mucho en sentarme a leerlo a consciencia después de que varias amigas lectoras me lo recomendaran, pero valió totalmente la pena: Samanta es experta en crear mucha intensidad es pocas páginas, y yo simplemente amo leerla.
Leer a Samanta Schweblin es uno de esos raros gustos que no decepcionan a quien la lee.
“Siete casas vacías” es una compilación de varios relatos donde lo cotidiano se entrecruza con la brutalidad de los acontecimientos presentados y que nos llevan a ver la realidad en toda su crudeza.
Situaciones de la vida diaria que son llevadas a extremos donde el dolor, la soledad, la violencia, la tristeza, la locura o la pérdida de la memoria se conjugan en pequeñas historias donde sus personajes intentan adaptarse a ellas aunque eso signifique afrontar lo que tratan de evadir desesperadamente.
Lectura que pone a reflexionar y a no quedar indiferente.