Cuando comenzaron las visiones, ya no pude colgar. Primer timbre, suena a manzanas cayendo sobre la tierra; segundo timbre, imágenes de un horizonte cubierto por agua y un barco que naufraga; tercer timbre, incienso en los oídos, pan y vino sobre una mesa, mirra deshidratada; cuarto timbre, langostas, llagas, ganado muerto, lluvia de sapos y fuego, mares de sangre. Y entonces, todo desaparece ante La Voz.