Corelli creía profundamente en el ocultismo y la reencarnación, y sus libros atrajeron a lectores fervientes. The Soul of Lilith (1892), The Sorrows of Satan (1895), Ziska (1897) y, sobre todo, Barrabbas (1893) aumentaron su popularidad entre el público general, al tiempo que enfurecían a los críticos literarios, que consideraban su trabajo deplorable.