Lena Valenti

l amor no depende del tiempo, no depende de la cantidad. A veces responde a unos hilos invisibles y a unos vínculos especiales que se hacen casi al instante.

El amor no depende del tiempo, no depende de la cantidad. A veces responde a unos hilos invisibles y a unos vínculos especiales que se hacen casi al instante

Y nos encontramos en los ojos de aquellos que nos aman.

Y nos encontramos en los ojos de aquellos que nos aman.

—No sé amar, Leslie. Solo sé de guerra y de dobles identidades. Pero estar aquí me dan ganas de pertenecer a algo que nunca he tenido. Si me dejas, me quedaré hasta que te canses de mí. Y créeme que lo harás porque soy un miserable egoísta.

Querer es un regalo que se otorga sin exigir nada a cambio, porque es un gesto desinteresado, que viene del corazón. Yo… —Leslie se armó de valor por los dos y se sinceró, arrullada por sus brazos y por el calor de su piel—, yo te quiero, Markus.

On zhivet so mnoy. Vive por mí. —Besó su frente con dulzura.

Rusia es un reino olvidado. Y es en los reinos olvidados donde todos pierden el corazón.

—¿Allí perdiste el tuyo? ¿Ya no tienes corazón? —preguntó cautivada por su expresión salvaje.

—Hay algo que late en mi pecho, pero no me vincula con nada. Es solo un motor.

y lo haría rastreando las ondas telepáticas que activaban los recuerdos.

Con las palabras vamos a dar intención