Roth consigue un libro que sintetiza conceptualización e historia; en una misma obra consigue superar la dicotomía entre diacronía y sincronía que fue establecida por la lingüística estructural de Ferdinand de Saussure, reelaborada por Roman Jacobson y utilizada a fondo por antropólogos como Claude Lévi-Strauss.
Esta capacidad de conciliar las interpretaciones diacrónicas, típicas de historiadores, con las sincrónicas, propias de antropólogos, etnólogos y teóricos, ha sido un deseo de buena parte de la crítica arquitectónica actual.