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Delphine de Vigan

  • Floreen Mцитируетв прошлом году
    Me gustó en cuanto la vi.

    La reconocí, sí, esa es la palabra.

    Pensé: me quedo con todo.
  • R Güemesцитирует2 года назад
    La vida está fuera. La vida de verdad. A Laure le da miedo salir, al mismo tiempo se muere de ganas.
  • valevalel321216цитирует2 года назад
    Delante de ella, un plato vacío. ¿Por qué ha llegado a ese punto? En el espejo, se miraba sin verse, se felicitaba de las ojeras, de la delgadez como de una victoria. El cuerpo que se vacía y parece poder vaciarse sin fin. No podía imaginar el sufrimiento que la esperaba cuando no quedara otra cosa que roer que su alma
  • Sócrates Ramírezцитирует2 года назад
    En otro tiempo, quizá habría luchado.
    Pero ya no. Está demasiado cansado.
    Llega un momento en que el precio se ha vuelto demasiado alto. Se ve superado. Un momento en el que hay que salir del juego, aceptar que se ha perdido. Llega un momento en que no se puede caer más bajo.
  • Elizabeth Alvarez Joséцитируетв прошлом году
    Asumir, todas o casi todas las semanas, un nuevo déficit, una nueva degradación, un nuevo deterioro. Así es como yo lo veo.

    Y ya no hay nada en la columna de las ganancias.

    Un día ya no puedes correr, ni caminar, ni inclinarte, ni agacharte, ni levantarte, ni estirarte, ni encorvarte, ni darte la vuelta de un lado, ni del otro, ni hacia delante, ni hacia atrás, ni por la mañana, ni por la noche, ni nada de nada. Solo puedes conformarte, una y otra vez.

    Perder la memoria, perder los referentes, perder las palabras. Perder el equilibrio, la vista, la noción del tiempo, perder el sueño, perder el oído, perder la chaveta.

    Perder lo que te han dado, lo que te has ganado, lo que te merecías, aquello por lo que luchaste, lo que pensabas que nunca perderías.

    Readaptarse.

    Reorganizarse.

    Apañárselas.

    No darle importancia.

    No tener ya nada que perder.

    Al principio son nimiedades. Luego la cosa se acelera.

    Pues una vez que empiezan, pierden sin remisión. A carretadas.
  • Josué Osbourneцитирует2 месяца назад
    que me sigue sorprendiendo, lo que me alucina incluso, lo que aún hoy –tras más de diez años de práctica– me deja a veces sin aliento, es la perdurabilidad de las penas infantiles. La huella ardiente, incandescente, que dejan a pesar de los años. Una huella indeleble.
  • Josué Osbourneцитирует2 месяца назад
    Miro a mis viejos, tienen setenta, ochenta, noventa años, me cuentan recuerdos antiguos, me hablan de épocas lejanas, ancestrales, prehistóricas, sus padres murieron hace quince, veinte, treinta años, pero el dolor del niño que fueron sigue ahí. Intacto. Puedo leerlo en sus caras y escucharlo en sus voces, apreciar a simple vista cómo palpita en sus cuerpos, en sus venas. En circuito cerrado.
  • Josué Osbourneцитирует2 месяца назад
    ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda
  • Yaz Arreolaцитируетв прошлом году
    Cuando me imagino vieja, realmente vieja, cuando intento proyectarme dentro de cuarenta o cincuenta años, lo que me resulta más doloroso, más insoportable, es la idea de que ya nadie me toque. La desaparición progresiva o repentina del contacto físico
  • R Güemesцитирует2 года назад
    Eso es lo que te espera, Michk’: pasos cortos, cantidades pequeñas, meriendas frugales, salidas breves, visitas rápidas.

    Una vida reducida, menguada, pero perfectamente ordenada
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