uno, representado por los indígenas, se asocia con la naturaleza, la imagen rousseauniana del bon sauvage, la protección del medio ambiente, la defensa de las tradiciones ancestrales, la lucha heroica de un puñado de hombres contra la injusticia generalizada, el romanticismo del héroe enmascarado y, en fin, la resistencia contra los peores valores del Occidente moderno; el otro, en cambio, pertenece a sus contrincantes: los finqueros, cafetaleros y ganaderos chiapanecos, el corrupto gobierno del PRI y sus aliados, y se identifica con el culto por el poder