Juan-Ramón Capella

los diarios han llegado a decirlo aunque sea con la boca pequeña, porque el arte del periodismo consiste en no decir (podríamos divertirnos haciendo la crónica detallada de cómo se da o no se da una noticia).

Estoy admirado por la bondad de la propuesta sobre la economía alternativa, el intercambio alternativo. Me vienen a la cabeza los falansterios de Fourier… cosas todas que van bien, pero que no hacen mella en la sustancia. El gran poder económico mundial permite juegos de este tipo, que no le dan ni frío ni calor. Mientras tanto asistimos

Suprema ironía de la historia.

uno del otro, pero de algún modo análogos. En cierto sentido vuelve la antiquísima cuestión de la gnome, pues se gobierna en tanto en cuanto se tiene la preparación, que los griegos llamaban precisamente gnome; y es difícil decir que esto es solamente una postura antidemocrática.

En el Parlamento no son queridas las minorías que puedan obstruir la máquina con sus demandas. Luchar por un principio proporcional puro no es perseguir molinos de viento: es un granito de arena entre las ruedas dentadas de esta máquina infernal.

La historia del modelo «democrático», entre las revoluciones del siglo XVIII y el final del siglo XX, queda ya a nuestras espaldas, pero todavía no sabemos qué se está perfilando, y no será fácil que cobre forma. Sin embargo, la mutación está ante nuestros ojos, y la incomodidad que experimentamos al emplear las categorías tradicionales, para que lo que está ante nuestros ojos entre en esas categorías, nace precisamente de la mutación que se está materializando. Haberlo comprendido ya es algo.

Canfora: Para afirmar la eunomia esta es la apuesta. O sea el buen gobierno. El buen gobierno, no obstante, se debe llenar de un contenido. Para quienes llamamos oligarcas el buen gobierno implica consciencia y una serie de conocimientos, y la justicia como objetivo supremo, que la bestial sed de contar por parte de los agnómenos, los que no tienen esa luz de la consciencia, no puede realizar. Por consiguiente, el problema es insoluble. Platón lo resuelve de manera provisional y al final concluye que hay «

Canfora: A la idea consolidada del buen gobierno (cada uno considera que el suyo es el buen gobierno) se opone, hace de contrapunto cíclicamente, una visión utópica, respaldada por una perspectiva completamente distinta. Es la edad de oro, proyectada en un futuro cuya realización es problemática. En la antigüedad también está la idea de una alternativa «de sistema», pero no en el conflicto en el interior de la polis, sino por obra de pensadores externos que conciben esta alternativa radical, quizá también implicándose personalmente.

Blosio se une a ellos y muere asesinado por los romanos. Este asunto hace soñar a los clasicistas de izquierda, naturalmente, que quizá sobreinterpretan, añaden algo propio a la experiencia de Blosio, pero por otra parte en el conocimiento histórico esta circularidad es inevitable

Hay impulsos contradictorios: uno es aquel por el cual el ciudadano, incluso incompetente, quiere contar, pero sabemos que si cuenta y es incompetente eso puede causar un daño y no un beneficio; por tanto, es necesario enfatizar las competencias y dar a quien es competente un peso, un papel, un poder, más allá del hecho de que es un ciudadano como cualquier otro.