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Edith Wharton

  • Natalia Cabildo Rodriguezцитируетв прошлом году
    En realidad, me parece que, si bien es imposible evitar cierto tono superficial en una historia en la que intervienen personas refinadas y de carácter complejo, a las que el simple espectador imagina e interpreta gracias a la intervención del novelista, no tiene por qué existir ese inconveniente si el espectador es también refinado y la gente a la que interpreta personas sencillas.
  • Natalia Cabildo Rodriguezцитируетв прошлом году
    artista ha de sentir casi instintivamente estos objetivos fundamentales, los únicos que pueden formularse de modo explícito, y obrar en consecuencia, antes de que se introduzca en su creación ese algo más imponderable que hace que la vida circule por ella y la proteja un tiempo de la decadencia.
  • Josefa Cejaцитируетв прошлом году
    pero aquí tiene mi tarjeta
  • b7415390172цитирует2 года назад
    pequeña e incómoda, lo que alejaba a los "nuevos ricos" a quienes Nueva York empezaba a temer, aunque, al mismo tiempo, le simpatizaban. Por su parte, los sentimentales se aferraban a la Academia por sus reminiscencias históricas, y a su vez los melómanos la adoraban por su excelente acústica, una cualidad tan problemática en salas construidas para escuchar música.
    Madame Nilsson debutaba allí ese invierno, y lo que la prensa acostumbraba a llamar "un público excepcionalmente conocedor" había acudido a escucharla, atravesando las calles resbaladizas y llenas de nieve en berlinas particulares, espaciosos landós familiares, o en el humilde pero práctico coupé Brown. Ir a la ópera en este último vehículo er
  • Claudia Htцитирует2 года назад
    Los enérgicos británicos y los rubicundos y robustos holandeses se habían mezclado entre ellos dando lugar a una sociedad próspera, cauta y, pese a ello, boyante
  • zafiroboliviaцитируетв прошлом году
    Sí… ¿Y después, qué?
    Bueno, pues… ¿qué significaba tal pregunta? Después, naturalmente, seguía la turbadora rendición a las incomprensibles exigencias del joven al que, como mucho, una habría ofrecido una sonrosada mejilla a cambio de un anillo de compromiso; la inmensa cama de matrimonio; el terror de verle afeitarse tranquilamente en mangas de camisa a través de la puerta entreabierta del vestidor; las evasivas, las insinuaciones, las sonrisas de sometimiento y las citas bíblicas de mamá; la evocación de la palabra «obediencia» en la beatífica bruma de la ceremonia nupcial; una semana o un mes de sonrojante congoja, aprensión y embarazoso placer; luego, la progresión de la costumbre, el insidioso arrullo de la rutina, la pareja yaciendo desvelada en el gran lecho blanco, las charlas o consultas a primera hora de la mañana a través de la misma puerta del vestidor que, semanas antes, pareciese la antesala a un foso incandescente a punto de abrasar la faz de la inocencia.
    Y a continuación, los bebés; los bebés que se suponía que «lo compensaban todo», pero que resultaba no ser así… por más que fuesen criaturas entrañables. Una seguía sin saber exactamente qué se había perdido o qué era aquello que los hijos compensaban.
  • zafiroboliviaцитируетв прошлом году
    Hubo días en que pensé que el sol no iba a ponerse nunca. Y después llegaba la luna, por la noche. —Puso sus manos sobre los hombros de su prima—. Ahora todo es distinto. Pronto dejará de molestarme la luz.
  • zafiroboliviaцитируетв прошлом году
    —Tal vez si no lo hubiese sido antes… Quiero decir que al final habría resultado mejor para Tina si yo siempre hubiese sido una Ralston prudente y precavida.
    El doctor Lanskell desplomó en el sillón de su escritorio su corpachón aquejado de gota, y la miró con sorna a través de sus gafas:
    —Odio las expresiones del tipo habría-sido-mejor-que. Resultan tan nutritivas como comer fiambre de cordero tres días seguidos.
  • zafiroboliviaцитируетв прошлом году
    Sin embargo, como ya aprendiera en cierta ocasión, uno podía hacer lo que se propusiera (tal vez incluso matar) siempre que no tratase de dar explicaciones, y ésta era una lección que no había olvidado.
  • zafiroboliviaцитируетв прошлом году
    —Querida, solo una cosa más.
    —¿Sí? —murmuró Tina adormilada.
    —Quiero que me prometas…
    —Lo que quieras, lo que quieras, mamá querida.
    —Bien, pues que al despedirte mañana, justo en el último momento, ya sabes…
    —¿Sí?
    —Tras haberte despedido de mí y de todo el mundo, justo cuando Lanning te esté ayudando a subir al carruaje…
    —¿Sí?
    —Que le des tu último beso a tía Charlotte. No lo olvides, el último de todos.
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