El gato
Ven, mi hermoso gato, cabe mi corazón amoroso;
Retén las garras de tu pata,
Y déjame sumergir en tus bellos ojos,
Mezclados de metal y de ágata.
Cuando mis dedos acarician complacidos
Tu cabeza y tu lomo elástico,
Y mi mano se embriaga con el placer
De palpar tu cuerpo eléctrico,
Veo a mi mujer en espíritu. Su mirada,
como la tuya, amable bestia,
Profunda y fría, corta e hiende como un dardo,
Y, de los pies hasta la cabeza,
Un aire sutil, un peligroso perfume,
Flotan alrededor de su cuerpo moreno.