el fútbol es un juego sencillo: se trata de controlar el balón y de pasarlo, controlarlo y pasarlo, una y otra vez. Cuando el control y el pase se combinan con el movimiento y la velocidad, en un contexto donde, tras cada pase, el jugador con el balón disponga de dos o tres opciones para un nuevo pase, al final el equipo al que pertenece acabará marcando.