VALERIO
De cuanto habéis dicho, por mi amor pretendo merecer algo ante vos; y en cuanto a vuestros escrúpulos, vuestro mismo padre se cuida demasiado de jusficaros ante el mundo, pues el exceso de su avaricia y el austero tren de vida que lleva con sus hijos, podrían autorizar cosas aún más extrañas. Perdonadme si hablo así en vuestra presencia. Vos sabéis que nunca se podría decir bastante sobre este punto. Pero en fin, si como lo espero, puedo encontrar a mis padres, nos nos dará mucho trabajo tornarlo favorable. Estoy esperando noticias con impaciencia, y si tardan en venir, iré a buscarlas por mí mismo.