Porque eso tiene la singularidad del encuentro. Que fue entre hijos e hijas y por los hijos e hijas, por ella como hija, de ella para el resto de las hijas, de ella para ella, de una para todas, de todas para todas.
Es por ellas, es por ellos, es por Thelma. Es una y son todas. Son independientes y son nuestras. Son colectivas y son singulares. Y son una forma de tejer en donde se cuida y se libra, se hace por cada una y se hace para las demás, se libera y se protege, se acompaña y se suelta y se hace como se espera a la salida de la escuela o se abraza con los ojos en lágrimas cuando el momento llega.