Es cierto que los cristales propenden a la simetría, pero son pequeños y se hallan, casi todos, en el subsuelo, mientras que lo que ven nuestros ojos—mar, campos, bosques, ríos—está regido por una configuración asimétrica, respetable y hermosa tal y como es. Rowley, un conocido sinólogo, anotó:
Nosotros [los occidentales] restringimos el espacio limitándolo a la perspectiva que se ofrece a través de la apertura de una puerta; ellos, por el contrario, sugieren el espacio ilimitado de la naturaleza como si hubieran traspasado esa misma puerta.15