Francis Sancher había sacado de un baúl papeles viejos, cartas, títulos de propiedad que databan de 1790 de una plantación azucarera de quinientas hectáreas situada en Saint Calvaire, Petit Bourg, entregada a un tal François Régis des Sallins, y sacó un pequeño folleto sin nombre de autor, editado por John Russel Smith