La verdad, no se como me siento sobre este libro. Es perturbador; me dejó con un mal sabor en la boca y sin embargo, tiene algo que no te deja parar de leer.
Confieso que me salté muchos capítulos porque me sentí incómoda con algunas ideas presentadas en el libro.
No puedo decir que lo recomendaría, pero definitivamente fue una lectura interesante.
Este libro se atreve a tocar temas que la sociedad ha guardado en los rincones más oscuros, es incómodo y perturbador.
Sin embargo, a mí me pareció brillante la manera en que plantea las posibilidades de la vida después del abuso infantil.
El único pero que le pongo, es la construcción de los acentos mexicanos y españoles, me parecieron por momentos bastante forzados.