Una larga tradición nacida en el territorio de la antropología filosófica, que se remonta al mito de Prometeo y Epimeteo contado por Platón en el Protágoras, sostiene la idea de que el hombre es, a diferencia de otros animales, un ser inadaptado, que llega al mundo con sus funciones indeterminadas y que la técnica viene a suplir y cubrir sus necesidades.