Pablo Stefanoni

  • Jonathan Lomeliцитируетв прошлом году
    Parte del terreno perdido en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar el “sistema” (más allá, como veremos, de lo que esto signifique). En otras palabras, estamos ante derechas que le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    La tesis de Erriguel es que la alt-right estadounidense comenzó con un ataque contracultural a la corrección política, de ahí a posiciones antiglobalistas, para, en un paso más –a través de una furibunda guerrilla cultural–, preparar el terreno para la victoria de Trump en 2016.
    Para este ensayista antiprogresista, la contracultura de los años sesenta se bifurcó de sus promesas iniciales y terminó en el camino del puritanismo –la corrección política– que desencadenó una purga inquisitorial sobre el vocabulario.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Álvarez construye una caricatura del progresismo –o del buenismo–: los progres serían burgueses que no reconocen serlo, incoherentes, anticapitalistas que no pueden resistir el consumo de bienes caros, como computadoras Mac o iPhones último modelo, opuestos a que otros puedan elegir libremente lo que ellos sí pueden, ansiosos de imponer la corrección política y la justicia social, poco dispuestos a poner en cuestión sus ideas, amantes del Estado de bienestar como la “tierra pro(gre)metida”, siempre listos para apoyar a dictadores, sobre todo comunistas o populistas, y disponibles siempre para comprar mitos sobre la mejor salud o educación del mundo, como en el caso de los publicitados modelos cubano o finlandés.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Su triunfo, en el que ninguno de estos progres creía (proclamando con soberbia que su “simpleza” lo incapacitaba para ser presidente de la nación más poderosa del mundo), es una prueba más de que hay una mayoría social dispuesta a elegir la libertad cuando se le habla con claridad, cuando se aparta lo políticamente correcto y se llama a las cosas por su nombre (Álvarez, 2017: 37).
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Yiannopoulos definió a la alt-right como una “reacción cultural a la sobreprotección, la política lingüística y el autoritarismo de la izquierda progresista, y al dominio absoluto que tiene de la cultura”. Esta estaría haciendo hoy “lo mismo que la derecha religiosa hacía en los años noventa, y que es tratar de controlar lo que se puede pensar y decir, y cómo se pueden expresar las opiniones” (Nagle, 2018: 86-87).
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Murray Rothbard. Este libertario estadounidense, con formación en la Escuela Austríaca de economía de Mises y Hayek, es, no obstante, una figura clave para entender los puentes entre libertarios y extrema derecha. Leer a Rothbard –fui descubriendo mientras me documentaba para la escritura de este libro– echa luz sobre lo que a priori parece un mundo de contradicciones y permite ordenar de otro modo las piezas y dar sentido al tablero de ideas. Fue él quien, en los primeros años noventa, bautizó la síntesis libertario-conservadora como “paleolibertarismo”, como una forma de articular ideas libertarias y reaccionarias. De hecho, los libertarios del siglo XXI –en el sentido que la palabra tomó en los Estados Unidos– parecen ubicarse cada vez más a la derecha.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Sería cómodo, desde el progresismo, despachar el fenómeno de los libertarios diciendo que “son los neoliberales de siempre”, que los liberales siempre apoyaron dictaduras y defienden la libertad cuando les conviene, por lo que no habría nada nuevo, ni contradicción alguna, en esta “nueva derecha”. Pero también se puede hacer el esfuerzo de captar la novedad y la potencia de este libertarismo contemporáneo para presentarse como “rebelde” frente al statu quo, lo que el progresismo muchas veces ya no logra, y construir una narrativa, aunque a menudo rocambolesca, acerca del mundo actual.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    El libertarismo es un degradé que va desde liberales clásicos hasta anarcocapitalistas (ancap) o anarquistas de mercado.[24] Se trata de una corriente afincada sobre todo en los Estados Unidos, donde se conecta con ciertos valores del “espíritu liberal” de sus fundadores.
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Cada vez más, nos topamos con gente que se autoidentifica como “libertaria” y que repite los discursos de las extremas derechas. Esto llevó al estudiante de la Universidad de Óxford Elliot Gulliver-Needham a formularse de manera explícita el interrogante de por qué los libertarios viran hacia la extrema derecha
  • DDaudalagidцитирует2 года назад
    Tanto los libertarios como los reaccionarios odian la “mentira igualitaria” –como hecho fáctico y como valor–, desprecian todo pensamiento “políticamente correcto”, comparten su incomodidad con la democracia e imaginan formas posdemocráticas capaces de evitar la “demagogia de los políticos” y las “supersticiones estatistas de las masas” (Raim, 2017).
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