, obligada a los espacios pequeños, desarrollé la habilidad, a veces la trampa, de mirar fijo hacia adentro, mirar fijo hacia donde no están las cosas. Hablar, quiero hacerlo con muy poca gente, pero no sé quiénes son. Yo miro todo lo que puedo; a veces no puedo sostener la mirada sobre los otros y me pierdo de mí al retirarla de ellos.