Terrible historia pero muy bien contada. Me gustó el estilo sencillo y claro. Ojalá todos los asesinos tuvieran esos remordimientos que los neutralizaran y los llevaran al suicidio o a la locura. No tendríamos 90 asesinatos en México todos los días. Por otro lado, los detalles de la decadencia de los viejos en su camino a la muerte me parece terrorífica también. Hay que empezar a hablar del fast track.