Luna Miguel

Estoy convencida de que la primera palabra de seguridad de la historia de nuestra civilización tuvo que ser así de simple: no.

Porque no es la palabra más mancillada.

No: esa que nadie se toma en serio cuando es dicha.

No: vaciada de todo significado, de todo efecto.

No: la ternura.

No20.

liberarse. En ¿Cómo debería leerse un libro?, Virginia Woolf defiende la autonomía de los malos lectores: «Permitir que unas autoridades, por muy cubiertas de pieles sedosas y muy togadas que estén, entren en nuestras bibliotecas y dejar que nos digan cómo leer, qué leer, qué valor dar a lo que leemos es destruir el espíritu de libertad que se respira en esos santuarios. En cualquier otra parte nos pueden atar leyes y convenciones; ahí no tenemos ninguna

Búscame en los libros y quizá te encuentres con una mujer que sí supo amar.

Carmen Conde

leer no es vivir muchas vidas / leer es que te den una paliza

*

a sociedad está hipersexualizada. Hay sexo por todas partes. La seducción más explícita está casi omnipresente en la publicidad y el porno a golpe de clic es uno de los lugares a los que acuden los adolescentes para aprender sobre sexo.

La idea de suicidio me persigue». No es menos irónico que en sus cuadernos Sylvia Plath asegurase que Virginia Woolf solo le empezó a gustar a raíz de La señora Dalloway y, en concreto, a través de sus reflexiones sobre la luz y la oscuridad, esto es, sobre la vida y la muerte

Dice Marcel Proust que hay momentos en los que la lectura puede dejar de ser saludable para sus adeptos. Momentos en los que los libros no facilitan nuestra mirada crítica ni nuestra creatividad, sino que obsesivamente nos someten.5

Cuántos libros intactos dejamos al marcharnos, piensa ella.

Lee todo lo que puede, lo que encuentra. Lee hasta lo que no entiende.

No tengo nada.
Sin ti alimentándome no tengo nada.
La tristeza ya no es bonita. La vida ya no es
injusta.
Quisiera parar el tiempo, acariciar las tumbas,
robar sus flores, pisar el musgo.
La tristeza ya no es bonita, es solo tristeza y
por eso hablamos con frases breves y oraciones
tiernas.
¿Salvará la ternura a los enfermos?