las transiciones son periodos de una gran vulnerabilidad porque careces de unas buenas relaciones laborales establecidas y del conocimiento detallado de tu nueva función. Mientras la gente que te rodea intenta averiguar quién eres y cómo eres como líder, estás siendo observado con un microscopio y estás sujeto a un alto grado de escrutinio. Las opiniones sobre tu efectividad empiezan a formarse de una manera sorprendentemente rápida y, una vez formadas, es muy difícil cambiarlas. Si consigues desarrollar credibilidad y asegurar victorias tempranas, probablemente esa fuerza te impulsará durante el ejercicio de tu cargo; pero, si cavas tu propio hoyo al principio, te enfrentarás a una dura batalla para salir de él.