¿Quieres decirme qué te sucede? He dicho que hay que aplazar la salida de aquí por tres días y, por contestación a esto, tan sencillo y claro, me has dicho que miento, que soy un hombre sin honor.
–Sí, y lo repito: el hombre que me echa en cara que lo ha sacrificado todo por mí es peor que un hombre sin honor: es un hombre sin corazón –dijo Ana recordando las palabras que pronunciara él en la discusión que habían tenido antes.