John Cleese

entonces no es investigación! Para eliminar las interrupciones, ya sean internas o externas, y puedas poner en marcha tu mente de tortuga, debes crear

un lugar seguro donde poder jugar. Esto implica crear, primero, límites de espacio, y después, límites de tiempo

“Las palabras o el lenguaje, tal como están escritos o hablados”, escribió, “no parecen desempeñar ningún papel en mi mecanismo de pensamiento. Las entidades psíquicas que parecen servir como elementos en el pensamiento son ciertos signos e imágenes más o menos claras que pueden reproducirse y combinarse ‘voluntariamente’... Este juego combinatorio parece ser el rasgo esencial del pensamiento productivo, antes de que exista cualquier conexión con la construcción lógica de las palabras u otros signos que pueden ser comunicados a otros”.

Los budistas tienen una expresión para esto, “mente de principiante”, que describe cómo la experiencia puede ser más vívida cuando no está embotada por la familiaridad.

El antropólogo Gregory Bateson dijo una vez: “No puedes tener una idea nueva hasta que te hayas deshecho de una vieja”.

Desanimarse es una total pérdida de tiempo.

Luego puedes empezar a reflexionar sobre lo siguiente: “¿Qué estoy tratando de decir en realidad?”, “¿Cuál es el objetivo de este artículo periodístico, este discurso, libro, obra de teatro, folleto o correo electrónico?”. Piensa en diferentes enfoques, compáralos y recopila datos e investigaciones clave sobre el asunto que trates —¡nunca está de más tener algunas citas!—

Es más bien un estado de ánimo. Pero si te encuentras con el estado de ánimo equivocado —si estás distraído o preocupado por algo—, es obvio que no serás creativo.

Primero está la que he descrito antes: reactivar las facultades críticas que pusiste en suspenso durante la etapa de juego para analizar lo que sea que hayas pensado.

Con creatividad me refiero, simplemente, a una nueva manera de pensar las cosas