Envejecer es una fiaca pero aun así me da curiosidad. Antes no me daba ninguna: a los quince proclamaba que quería morir joven, la idea me parecía romántica y literaria, y llegar a vieja, anticlimático. Era una adolescente cínica a la que le gustaba decir que la vida no era más que una buena excusa para escribir cuentos