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Si estás en internet, existes.

Bob Esponja lidiaba con las palabras burlonas de Don Cangrejo cuando dijo “eso te hace ver como una chica”. En lugar de sentirse dolido como le gustaría a Don Cangrejo, Bob Esponja pestañeó y dijo dulcemente “¿soy una chica linda?”.

La idea aquí es aceptar sea cuál sea el insulto y luego realzarlo de manera absurda. Amplificas el sentimiento inicial a un grado que es ridículo. Esta era mi técnica predilecta para desviar los chistes sobre mi peso.

Por si olvidaste lo que estaba antes en este capítulo:

¿Sabías que también puedo usar mi camia Polo Sport como paracaídas?

¡Mejor que pongas seis ruedas más en tu auto para mí!

Si quisieras decir que tu fin de semana estuvo “bien”, ¿cuál sería una forma mejor y más descriptiva de hacerlo?

Bien -> imaginativo -> espléndido -> como un gran Bloody Mary -> mejor que usar el baño después de un largo viaje -> casi tan bueno como Navidad por la mañana.

Si quisieras decir que amas el café, ¿cuál sería una forma mejor y más descriptiva de hacerlo?

Amo el café -> es parte de mi alma -> me muero sin el café -> mi sangre es 50% cafeína -> me bañaría en café si pudiera -> tomo tanto café que mi orina también parece café.

Un ejemplo famoso de la regla de tres es de Mark Twain, hecho como referencia a los datos del gobierno y cómo analizarlos: “existen mentiras, malditas mentiras y las estadísticas”.

La identificas como parte de tu vida, incluso aunque nunca vuelvas a verla. Llamamos a esas personas kharaids.

Está lleno de escamas azules y brillantes cuando me detengo ante él.

—Hola, Oscar. ¿Me recuerdas?

Sus ojos se abren con sorpresa.

—Tú eres…

Pero su agarre se afloja y yo tampoco recuerdo por qué estábamos discutiendo en un primer momento.

Tess aprieta los labios.

Tira de mí.

Su boca cae sobre la mía

Creo que todos los músculos de mi cuerpo se tensan al mismo tiempo. Por un instante, mi mente no entiende qué está pasando, no es capaz de buscarle sentido a la escena. Soy consciente de sus labios sobre los míos, de sus dedos alrededor de mi muñeca, de nuestros cuerpos tan próximos como para sentir su calor.

De alguna forma, el tiempo desafía las leyes de la lógica y se queda suspendido en ese instante.

Y de pronto, de la misma forma en que se ha detenido, arranca de nuevo. Lo hace con la fuerza con la que presiono mi boca contra la suya, con la tensión que sigue habiendo entre nosotras, que escala cuando me estiro hacia su cuerpo con resolución.

—¿Qué más da lo que yo desee? A la hora de la verdad, tu hermano tomó las decisiones equivocadas.

—Tú también, al mentirme y utilizarme.

Comienza por tomarte unos 15 minutos al día para reflexionar solo en tu habitación, luego de que te adecues a este tiempo ve aumentando el tiempo colocando otras actividades como leer, escribir tus pensamientos o hacer alguna manualidad, cuando menos lo esperes estarás disfrutando de tu propia compañía.

la mayoría de las veces que no queremos quedarnos solos es porque necesitamos constantemente que alguien más apruebe o repruebe nuestras decisiones, si te convences de que puedes tomar una decisión y afrontar las consecuencias, te darás cuenta de, que en muchas de las actividades que realizas no necesitas validación de las personas que te rodean.