Podemos aplicar esto por igual a la fotografía más memorable como a la más banal de las instantáneas. Lo que las distingue es el grado de explicación del mensaje que ofrece la fotografía, el grado en el que la fotografía hace transparente y comprensible la decisión del fotógrafo. Y aquí llegamos a la paradoja de la fotografía, una paradoja que no suele entenderse. La fotografía es un registro automático, realizado con la medición de la luz, de un acontecimiento dado; sin embargo, utiliza ese acontecimiento dado para explicar el hecho de registrarlo. Denominamos así “fotografía” al proceso de hacer consciente la observación.