Espero que mi historia no suscite risa o lástima, rica como es de acontecimientos que tuvieron inicio cuando yo no era alto ni bajo y el aire aún no se distinguía de la superficie de las aguas. A mi alrededor había vacío y un sueño impreciso, y yo, envuelto como estaba por la velocidad de un movimiento que no podía definir, me preguntaba: «¿Qué es? ¿Qué no es?». Y ese primer intento de dialogar con el mundo fue un punto en aquella noche negrísima.