o que queda en la olla de la historia cuando se retiran la carne y las verduras (es decir, acontecimientos y objetos ‘duros’) justamente en la espuma del caldo: el pueblo, las mujeres, el sexo, los cuerpos, etc.”.[17] En fin, a lo largo de estas páginas se hace patente cómo el cine libanés de autor deja constancia, esencialmente, de esa “espuma”.
Por ello este libro se centra en la temática de las producciones y la capacidad de una filmografía para construir y archivar audiovisualmente la memoria íntima y plural de su sociedad civil. El valor intrínseco que se da a estas obras parte, en gran medida, de considerar al cineasta y su obra como fuentes o huellas que cuestionan y proponen una manera distinta y radical de valorar la Historia.