La Dama, que ahora se encontraba en un lugar tan extraño y entre Criaturas tan maravillosas, estaba extremadamente asustada y no podía tener más pensamientos que el de que cada momento de su vida iba a ser un sacrificio a su crueldad; pero esas Criaturas parecidas a Osos, por terribles que parecieran a su vista, sin embargo, estaban tan lejos de ejercer crueldad sobre ella, que más bien le mostraron toda la cortesía y amabilidad imaginables; porque al no poder caminar sobre el Hielo, debido a su resbaladiza, la llevaron en brazos. sus brazos ásperos, y la llevaron a su ciudad,
lo cual, después de haber llegado tan lejos, que en parte por algunas palabras y signos pudo aprehender su significado, estaba tan lejos de temerles, que se creía no solo segura, sino muy feliz en su compañía: por lo que podemos ver que la Novedad descompone la mente, pero el conocimiento la instala en paz y tranquilidad. Al fin, después de haber pasado por varias Islas y Reinos ricos, se dirigieron hacia el Paraíso, que era la sede del Emperador; y al verlo, se regocijaron mucho; la Dama al principio no pudo percibir nada más que Rocas altas, que parecían tocar los Cielos; y aunque no parecían de igual altura, sin embargo