Aquellos filósofos usaban la expresión «estar Nepantla» para describir la ambivalencia existencial de quien se halla entre dos realidades. A la distancia, me veo en la tribuna, rodeado de adultos, y rememoro, no aquel épico partido inicial, sino todos los que vi después en la actitud estoica de apoyar al Necaxa o a la selección nacional. De modo inevitable, me siento «Nepantla»