En alguna ocasión se le preguntó a Miguel de Unamu-no cuál era su religión. Su inesperada respuesta fue: “buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad”. En este ensayo empren-do esa misma búsqueda, aunque no con un cometido religioso, sino estrictamente filosófico.
Diego Ospinaцитирует4 дня назад
Durante milenios se ha aceptado que el derecho a poseer la verdad sobre un asunto es un privilegio que tienen muy pocos, como los reyes o los sacerdotes o los jueces
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La regla asimétrica de que el superior tiene el derecho a la verdad pero que el subordinado no la tiene ha perdido vigencia.
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A lo largo de la historia, el derecho a conocer ciertas verdades de altura, como las religiosas, científicas o filosóficas, se les ha negado a las mujeres, los pobres y miembros de otros grupos marginados
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Para justificar estas prohibiciones se ha dicho que el derecho a la verdad hay que ganárselo, que hay que saber qué hacer con ella; es decir, que hay que saber usarla para el bien y no para el mal, o estar preparado para conocerla: esto es, que se tenga la suficiente madurez para poseerla