Esta revolución educativa […] es así porque todos los sistemas educativos y todas las sociedades entienden que tenemos que desarrollar competencias cada vez más complejas y que tenemos que dotar de cada vez mayor autonomía a los alumnos, porque no sabemos con seguridad cuál es el tipo de cualificación que exigirán los trabajos del futuro y no sabemos cómo será el mundo porque va a ser muy poco previsible.