Hace tiempo que se sabe que la cohesión social se genera por la interacción humana recurrente y la participación conjunta en proyectos compartidos, no solo por adoptar por principios ciertos valores y creencias abstractas. Alexis de Tocqueville admiraba las leyes que establecían de manera oficial el orden democrático estadounidense, pero defendía que la sólida vida ciudadana del país surgía verdaderamente de las asociaciones voluntarias. Por su parte, John Dewey afirmaba que la conexión social se asienta sobre «la vitalidad y la profundidad del trato y la vinculación estrechos y directos». «La democracia tiene que empezar en casa —reza esa famosa frase suya— y su hogar es la comunidad de vecinos».[1