Una historia que intenta tocar varios temas, entre ellos la depresión, la presión social familiar, el desencanto del matrimonio pero que en lo personal no me termino de enganchar, ni convencer. Siento que la autora quiso abarcar varias cosas con un estilo medio rebuscado y el resultado fue algo medio chueco, sin forma, ni fondo. En fin, quizás haya alguien que le encuentre más sentido y le guste.
Lenguaje muy crudo, necesario leerlo despacio para poder descubrir las sutilezas que permitan distinguir la realidad del deseo, de la imaginación de la emoción que explota dentro de una mujer cuando constantemente vive contenida, deprimida y que es el germen de una inevitable enfermedad mental, una oda moderna a la vida de Zelda Fitzgerald...