Graziano Graziani

muchísimas naciones virtuales, que solo existen en la web y en la fantasía de quienes las fundaron. Para definir este fenómeno se acuñó el término “Quinto Mundo”, que hace referencia a la vieja teoría de los tres mundos, a los que se les agrega un cuarto, que incluye las zonas más pobres del planeta

¿qué puede decidir qué es un Estado? Las convenciones. Es cierto, pueblos, culturas y tradiciones cumplen un papel importante, pero no siempre son decisivos, si es verdad que poblaciones como los kurdos, los gitanos y los saharaui no tienen un Estado propio. Otro rol importante lo cumple la fuerza pública: pero policía y ejércitos solo pueden imponer lo que fue decidido por ley, no pueden dar lecciones de geografía.

Tres situaciones emblemáticas que nos hablan de cómo una línea trazada en un mapa puede incidir en la vida de las personas

La idea de una “nación intersticial” nace con intención de provocar

dos artistas suecos, Carl Michael von Hausswolff y Laif Elggren.
El 27 de marzo de 1992 los dos proclaman oficialmente el nacimiento del Reino de Elgaland-Vargaland, explicando que se extiende exclusivamente en los territorios de fronteras: geográficos, mentales y digitales.

la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, la línea azul entre el Líbano e Israel, la línea fronteriza entre México y Estados Unidos

el mundo globalizado el poder real se manifiesta justamente en el continuo “desplazamiento” de las fronteras. “Hoy hay demasiadas fuerzas importantes que operan a lo largo de las fronteras —explica desde las páginas del sitio oficial del reino Håkan Nilsson, presunto ministro de los Bloody Mary—, y los Estados tienen siempre menos cosas que controlar.

Entre sus territorios no cuentan solo los resultados contradictorios de la política internacional, sino también la frontera entre los distintos estados mentales o perceptivos.

la frontera entre la vigilia y el sueño o la distancia entre la alta y la baja marea

Esta mezcla de comicidad y anarquismo que escande la continua expansión del reino es parte integrante del proyecto, que no quiere ser “solo un proyecto de arte”. Por un lado, entonces, la ocupación de las fronteras, que al ser instrumentos para separar territorios o estados (físicos o mentales) son al mismo tiempo vetas, zonas intersticiales de este omnipermeable sistema de taxonomía política, social y mental que reglamenta nuestras existencias. Por otra parte, la instauración de un régimen monárquico dictatorial que, sin embargo, vale solo por sí mismo. Porque el objetivo de Elgaland-Vargaland es “expandir los territorios físicos del Estado provocando la división fractal y repetida de todos los otros Estados existentes en territorios poblados por individuos”, y al mismo tiempo “unificar la Tierra en un solo Estado”.