Ha sido uno de los libros que más me ha tomado terminado de leer, de verdad, unos tres años aproximadamente, lo había intentado leer ya dos veces, pero lo dejaba porque no terminaba de atraparme. La tercera fue la vencida.
No sé que cambió en mi en esos tres años, que la tercera vez que lo empecé a leer, sí me engancho bastante, todos los soliloquios de Augusto se me hacían interesantísimos, y el drama con Eugenia y Rosario, aunque simple, también mantenía a la expectativa.
Es un libro pesado de leer, porque Augusto tiene ideas rebuscadas y por páginas enteras no pasa nada más que sus pensamientos. Pero si le encuentras el gusto se convierte en algo adictivo.
Tiene un pero importante para mí, que es el anunciar varias ideas sexistas, los personajes femeninos no tienen otro propósito que ser una extensión de Augusto y sus deseos, y este mismo así parece verlas, así que llega a ser un poco irritante a momentos.
Lo más interesante, y lo que me llevó a libro en primer lugar, fue la trama de saltar de las páginas del libro hacia "el mundo real" e interactuar con su autor, los diálogos entre Augusto y Unamuno son muy buenos y plantea varias preguntas filosóficas que te dejan pensando.
No creo que volvería a leerlo, y no sé si es algo que de entrada le recomendaría a alguien más, pero no es un mal libro.