Es vital cuidarse de la vanidad. Si se quiere estar bien con uno mismo, la vanidad es lo primero de lo que hay que deshacerse. Una vez libre de ella, se es libre del todo. Pero la vanidad es astuta y se da buena maña en esconderse y después se esconde un poco más y luego un poco más todavía. A menudo incluso ni se molesta en esconderse