oy una niña por ti.
Si nos hubiéramos despedido con una despedida —con un beso, por ejemplo, o un abrazo, un apretón de manos, un gesto a lo lejos, un coscorrón, una cachetada, cualquier cosa, Julio Pirata—, si nos hubiéramos despedido como se despiden los seres humanos, te diría precisamente eso: que soy una niña por ti.