La literatura más moderna, de Dostoievski a Faulkner y a Jim Thompson, ha apuntalado el territorio de lo irracional vía narradores locos, retrasados, psicóticos o con cualquier otro trastorno. Tradicionalmente, la no ficción autobiográfica anima al lector a pensar que, por muchos defectos que tenga, el narrador es de fiar y se esfuerza sinceramente por ponerse a su nivel.
En _Un verdor terrible_, Labatut experimenta con la irracionalidad en textos de corte ensayístico.