El grupo español y los criollos ricos se opusieron a ella. El virrey Calleja, sucesor de Venegas, la abolió en agosto de 1814. Tal medida engrosaría las filas insurgentes; varios intelectuales criollos, al restablecerse el régimen autoritario, decidieron unirse al ejército del cura Morelos, hombre inteligente e inculto que ignorado y despreciado en un principio, había ido creciendo “en poder e importancia, y como aquellas nubes tempestuosas nacidas en la parte del sur, cubrió en breve una inmensa extensión de terreno”. Teniendo como música de fondo e himno aquella canción que empieza
Por un cabo doy un real,
por un sargento, un tostón,
por mi general Morelos
doy todo mi corazón,