Sylvia Plath

Soy el presente, pero sé que también yo pasaré. Los buenos momentos son como flashes que se queman, vienen y se van, como incesantes arenas movedizas. Y no quiero morir.

Morir
es un arte, como todo.
Y yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece real.

En mí, el presente es eterno, y lo eterno siempre se mueve, fluye, se disuelve. Este instante es la vida y cuando ha pasado está muerto.

Nada es real salvo el presente, y yo siento el peso de los siglos abrumarme.

yo soy yo. Esa piedra es una piedra. Mi hermosa fusión con las cosas de este mundo se había terminado

El invierno es de las mujeres:

la mujer reposada que hace punto

junto a la cuna de nogal español, esgrimiendo contra el frío

Hay que pagar

por ver mis cicatrices, hay que pagar

para escucharme el corazón:

Para empezar, los tulipanes son muy rojos, me duelen.

Siempre tuve miedo de ti,

A los veinte intenté morirme
y así volver, volver, volver a ti.