Nuestro hogar se encuentra en nuestro interior. Para volver a casa solo necesitamos tomar asiento, estar con nosotros mismos y aceptar la situación tal y como es. Sí, puede que en nuestra casa reine el desorden, pero debemos aceptarlo, porque sabemos que hemos pasado mucho tiempo fuera. Ahora estamos en casa. Al inhalar y exhalar, al respirar conscientemente, empezamos a ordenar nuestro hogar.