es allí, debajo de la tierra, entre los muros de esos terrenos, en donde están los sueños que nunca se cumplieron, las canciones que no se cantaron, los manuscritos que no se escribieron, las obras de arte que se quedaron solo como ideas, los negocios que nunca arrancaron, las visiones de un mundo mejor que no se hicieron realidad, los inventos que nunca llegaron a crearse, los planes que no se desarrollaron y los propósitos que jamás se cumplieron. —Yo lo escuchaba con atención—. Todos los cementerios están llenos del potencial de grandeza extraordinaria que tuvieron las personas, pero que muchas dejaron en el plano de lo ordinario.