Guillermo Biaggi

El punto de partida para entender el plan divino de administración eficaz es entender que no eres el dueño. Dios lo es. Tú eres administrador de sus bienes. ¿Serás hallado fiel?

ser felices con lo que tenemos

habían vuelto a ser generosos.

Dios extiende su mano y suple todo lo que les falta.

había aprendido a contentarse cualquiera fuese su situación

No era fuerza mental para revertir sentimientos de compasión propia, o de ensalzamiento. Dijo, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

No hay nadie que te conozca mejor que él. Él sí tiene la perspectiva correcta. Él ve el fondo de tu corazón, los impulsos más profundos que te motivan. Y si encuentra algún motivo pecami

noso, te pondrá en la situación “purificante”. Si ve que estás amando más el dinero que a él, hará que te falte para que lo busques y cambies tu orden de prioridades.

¿Te sucede que estás en necesidad, pides a Dios, y no recibes? Recuerda que Dios es el Dueño y que él provee. Reconoce su señorío en tu vida, somete a él tus finanzas y él proveerá. Así lo prometió. “Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto” (Sal. 111:5).

Él sabe que si yo lo pongo en segundo lugar, el enemigo habrá ganado la victoria. Él sabe que si yo me afano por lo que habré de