i le castramos con un exceso de protección (el equilibrio está en guiar su proceso, dejarlo experimentar bajo vigilancia silenciosa o dejarlo caer en lugares seguros) no podrá desarrollar su Ser interno; no confiará en sí mismo, pensará que es malo, débil, incapaz de valerse solo, o crecerá con la idea de que está rodeado de amenazas constantes. Sin seguridad, el Ser interno no puede desarrollarse, no podemos confiar (tener fe) en que la vida nos protege, que confía en nuestras capacidades y aptitudes, nos quedamos sin el coach interior y solo florecerá el crítico interno.