La luz es una cosa curiosa. Su longitud de onda define con qué puede interactuar y con qué no. Cualquier cosa más pequeña que la longitud de onda es funcionalmente inexistente para ese fotón. Por eso hay una rejilla sobre la ventana de un microondas. Los agujeros en la red son demasiado pequeños para que las microondas los atraviesen. Pero la luz visible, con una longitud de onda mucho más corta, puede atravesarlos libremente. Así que puedes observar cómo se cocina tu comida sin que se te derrita la cara.