Escribir es un movimiento de limpiaparabrisas en la cabeza, para barrer atrás y adelante la memoria, para escurrir lo que sobra, lo que empantana, para poder ver a través de un vidrio limpio. Mirar de frente el porvenir, sin miedo, mientras las teclas borran las sílabas mal ordenadas. El milagro que se produce en las entrañas del tiempo mientras perseguís otra palabra. El tiempo no ocurre en mi cuerpo durante esas búsquedas verbales, no ocurre el fracaso hasta que saliste de la página.