Para cuando la película se estrenó (23 de febrero de 1996) yo aún era muy chico para haber ido a verla, cuando encontré el libro en la biblioteca de mi escuela, me llamó la atención porque ya había visto la película, entonces no sabía dos cosas, la primera, que Danny Boyle estaba en camino a convertirse en uno de mis cineastas favoritos y que, ese año (2004) la película fue votada como la mejor película escocesa de todos los tiempos.
Las calles de Edimburgo son el escenario de esta historia, los personajes son Mark "Rent Boy" Renton, Daniel "Spud" Murphy, Simon "Sick Boy" Williamson y Francis "Franco" Begbie, aquí, la realidad es cruda y la vida es un reto diario, sobre todo para este peculiar grupo de desarraigados y adictos, Mark, es un joven heroinómano y junto a sus amigos (Sick Boy, Begbie y Spud) se sumerge en una espiral de autodestrucción y caos.
Ni falta que hace decir que este libro nos muestra la cara más cruda de la sociedad británica de los años 80, con su lenguaje directo y sin tapujos, la novela es un retrato descarnado de la adicción y la desesperanza, pero también de la lealtad y la solidaridad entre amigos; yo no sabía, pero Welsh se inspiró en su propia experiencia como adicto a la heroína en los años 80 para escribir la novela, algo que sin duda le da otro matiz a la historia, el de la autenticidad y la crudeza de la narrativa como reflejo de su propia vivencia (¿Entonces, “Madre superiora” es real?).
'Trainspotting' es una novela que nos lleva en un viaje por la oscuridad y la desesperación, el relato de una venganza es un clarísimo ejemplo de ello y una de mis partes favoritas del libro (menos el de la camarera, es de lo más horrible, pero no por malo, ojo ahí). Admito mi culpabilidad, la película me cautivó muchísimo más pese a que el libro es una pasada, un viaje que te engancha hasta que o terminas, es un libro que nos hace cuestionar nuestros propios límites y nos invita a reflexionar sobre la condición humana.
Para cuando la película se estrenó (23 de febrero de 1996) yo aún era muy chico para haber ido a verla, cuando encontré el libro en la biblioteca de mi escuela, me llamó la atención porque ya había visto la película, entonces no sabía dos cosas, la primera, que Danny Boyle estaba en camino a convertirse en uno de mis cineastas favoritos y que, ese año (2004) la película fue votada como la mejor película escocesa de todos los tiempos.
Las calles de Edimburgo son el escenario de esta historia, los personajes son Mark "Rent Boy" Renton, Daniel "Spud" Murphy, Simon "Sick Boy" Williamson y Francis "Franco" Begbie, aquí, la realidad es cruda y la vida es un reto diario, sobre todo para este peculiar grupo de desarraigados y adictos, Mark, es un joven heroinómano y junto a sus amigos (Sick Boy, Begbie y Spud) se sumerge en una espiral de autodestrucción y caos.
Ni falta que hace decir que este libro nos muestra la cara más cruda de la sociedad británica de los años 80, con su lenguaje directo y sin tapujos, la novela es un retrato descarnado de la adicción y la desesperanza, pero también de la lealtad y la solidaridad entre amigos; yo no sabía, pero Welsh se inspiró en su propia experiencia como adicto a la heroína en los años 80 para escribir la novela, algo que sin duda le da otro matiz a la historia, el de la autenticidad y la crudeza de la narrativa como reflejo de su propia vivencia (¿Entonces, “Madre superiora” es real?).
'Trainspotting' es una novela que nos lleva en un viaje por la oscuridad y la desesperación, el relato de una venganza es un clarísimo ejemplo de ello y una de mis partes favoritas del libro (menos el de la camarera, es de lo más horrible, pero no por malo, ojo ahí). Admito mi culpabilidad, la película me cautivó muchísimo más pese a que el libro es una pasada, un viaje que te engancha hasta que o terminas, es un libro que nos hace cuestionar nuestros propios límites y nos invita a reflexionar sobre la condición humana.