José Luis Martín

qué cojones es esto?». Igual que el maestro Kwai Chang hacía con El Pequeño Saltamontes en la serie Kung Fu, me dijo suavemente: «Tie Your Mother Down... Queen».

¡La culpa de todo la tiene Yoko Ono!

1. Colocar el CD de The Dark Side Of The Moon en el reproductor y cuando aparecen los dígitos 00:00, marcar el pause.

2. Saltar el menú del DVD y comenzar a visionar la película, muteando el sonido porque no es importante para la experiencia.

3. Cuando el famoso león de la Metro-Goldwyn-Mayer Studios (MGM) ruge por tercera vez, activar el play del CD y todo fluirá correcto.

Los fans de Pink Floyd y de El Mago de Oz, afirman que hay más de 100 sincronías a lo largo del visionado, quizás es pecar de demasiado optimista, pero sí que es cierto que algunas de las mezclas de imagen y música, son enigmáticas y dejan una duda razonable sobre si la sincronización es fruto de la casualidad o premeditada. Algunas de las más interesantes son:

• Cuando Dorothy se balancea en la valla, está sonando «Breathe» y se puede escuchar «Te mantienes sobre la ola más grande, corres hacia una tumba temprana».

• Dorothy se cae en el momento que comienza «On The Run».

• Con este tema Dorothy canta la famosa canción «Somewhere Over The Rainbow», mirando al cielo. Como tenemos el audio del film anulado, podemos ver como la niña mira los helicópteros que van volando de un altavoz a otro.

• Cuando termina «On The Run», se escucha un trueno en el disco, momento que la cámara mira al cielo anunciando una tormenta.

• Uno de los momentos más curiosos lo tenemos en «Time», que parece un videoclip del tema. En el momento que suenan los relojes y campanillas entra la profesora en bicicleta. Con la entrada de percusión Dorothy se mueve de un lado a otro nerviosa, dibujando una coreografía que parece dictada por la música. En el solo de guitarra se puede leer el letrero del Profesor Marvel, donde se indica «Pasado, presente y futuro» a modo de analogía del tema.

• En la canción «Great Gig in the Sky», Dorothy es engullida por un tornado y toda la secuencia vuelve a encajar en la música, incluso en el momento que la ventana golpea a la niña en la cabeza y baja la intensidad de la misma.

• Al entrar el tema «Any Colour You Like», el film que había comenzado en blanco y negro, es ya en color.

Dos puntos muy interesantes para finalizar. El Espantapájaros canta «si solo tuviera un cerebro» al mismo tiempo que suena «Brain Damage» (Daño Cerebral) y cuando Dorothy y el propio Espantapájaros intentan escuchar el corazón inexistente de El Hombre de Hojalata, se termina «Eclipse» con un latido de corazón persistente.

Cuánto añoro aquella época en la cual, la inocencia disparaba la imaginación provocando «chutes» de adrenalina juvenil. Aquellos tiempos en los que el boca a boca te enseñaba más que los libros y sí era cierto aquello de que quien tenía un amigo tenía un tesoro, más aún si era veterano y poseía una mochila en la que guardar sus historias

aunque la letra pueda llevar a equívocos, se trata de un mojo de atracción de amor que no funciona muy bien.
«Tengo mi mojo funcionando, pero simplemente no funcionará en ti, / Bajando a Luisiana para conseguirme un Mojo Hand»

Todo lo expresado fue inútil y la banda siguió cosechando la reputación de satánica y su vocalista Ozzy sería el sumo sacerdote de esta secta diabólica. De nada sirvió que el tercer álbum, Master of Reality (1971) se podría haber calificado como el primer disco de rock cristiano de la historia, con textos que harían las delicias de las viejecitas en la misa del domingo, tras una copita de vino en ayunas

trata de un disco mediocre de rock’n’roll, donde Rudd se atreve a cantar con un registro de borracho arrabalero que incita al desequilibrio mental y bajo un sonido pobre que posiblemente sería consecuencia de estar grabado bajo los efectos del alcohol y la falta de originalidad

Su destino, al igual que el de miles de familias, era la tierra prometida de Australia, país que siempre se ha servido de la mano de obra barata procedente del Reino Unido

Los sesenta trajeron una devaluación paulatina del blues entre la gente de color, que preferían los nuevos sonidos del soul, alejándose de una música que les recordaba al pasado, que para ellos era la banda sonora de la esclavitud y la resignación.